Hoy me senté a escucharte hablar, a escucharte decir lo que hace días no me dejabas oír. Es tan extraño verte ahí como si el tiempo no hubiera pasado y las cicatrices no se hubieran jamas posado en ti. Sientes y con eso me dejas vivir, sonreír y respirar una alegría que pensé perdida. Me nombras con paciencia y me dices que me calme, que mi camino esta tomando forma, se esta descomponiendo, dejando de ser ese laberinto infinito y confuso, pero que debo ser valiente y elegir con sabiduría pensar con el sentimiento en las manos y sentir con pasos firmes sin dudar de ti.
No hay comentarios:
Publicar un comentario