Ahora entiendo por que siempre te dije que nos conocimos en el momento mas indicado, me enseñaste lo que tenia que aprender de ti, no mas y no menos, y te enseñe lo que creí que necesitabas saber de mi. Nunca me arrepentiré de que las cosas pasaran así, de algún modo o de otro, sabia que esto no duraría mas de lo necesario, que el para siempre que nos prometíamos duraría hasta que esa palabra dejara de tener sentido, hasta que el deseo de estar juntos se terminara, por que para siempre es mucho tiempo y eso es lo que menos tenemos.
Me pediste que no te olvidara y comienzo a pensar que esa es una petición bastante egoísta, no pretendo contar nuestra historia toda mi vida. Te entregue un capítulo de mi vida y ahora duele tener que arrancar esas paginas que sobraron y que se quedaron en blanco. Te miro de lejos y observo que tu sigues sonriendo y eso me llena de nostalgia, pienso que en algún momento yo era la razón de tu sonrisa pero como te lo dije cuando todavía hablaba de ti y de mi juntos, no soy capaz de odiarte, odiar no quita tiempo pero si espacio y sigo reservando ese lugar especial para alguien que no dude en pensar en un para siempre sin final hasta la muerte. Mientras tanto yo continuare con esta historia en la que en algún momento fuiste un personaje importante, ahora como la protagonista debo seguir y permanecer siempre de pie, por que no me gusta dejarme vencer por la incertidumbre del futuro y comprendo que este no es el final solo uno de tantos, por que para escribir un gran final hay que equivocarse lo suficiente hasta que todo sea maravilloso.
